El ambiente político polarizado del país es un signo de nuestro tiempo. La polarización nos impide escucharnos, por tanto, el diálogo político no puede generar un consenso plural que pueda construirse razonablemente sobre asuntos que merecen ser resueltos en forma democrática, muchos guardan relación directa con los derechos humanos y no han sido superados debido a la confrontación. 
 
“Al principio son los principios”, decía Aristóteles. Lo afirmaba como origen de la existencia de una cosa, saber o decisión política. En una democracia, el principio primero es la tolerancia que no es cosa distinta que escucharnos los unos a los otros y, los otros a los unos en mutuo respeto a la palabra de cada uno. Sin ella no es posible la democracia y el buen gobierno. Implica la realidad de escucharnos para que las razones ilustren las decisiones.
 
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