LA INTUICIÓN – ALBERTO J. MERLANO A.

 Este artículo explica que es la INTUICIÓN y como ponerla a nuestro servicio mejorando nuestra capacidad para tomar buenas decisiones.

Damos demasiada importancia a nuestra información consciente y descuidamos la inconsciente, que representa la mayor parte de los contenidos de nuestra mente. Pensamos demasiado y usamos nuestra parte inconsciente poco, casi nada; en parte, porque no sabemos cómo hacerlo.

La utilidad de no depender tanto del intelecto, está vinculada desde la perspectiva espiritualista con la idea de que cada uno de nosotros al  formar parte del Universo está conectado a la red de información del mismo, y que tenemos acceso a ella sencillamente solicitándola, acallando la mente palabrera y abriéndonos a recibirla a través de lo que llamamos intuición. Desde una perspectiva materialista, sin embargo, la intuición simplemente sería consecuencia del  procesamiento e integración inconsciente de información que ya poseemos, realizado a través del hemisferio derecho del cerebro.

La concepción materialista supone que toda la información a la que tenemos acceso llega a nuestra mente por vía sensorial. Las corrientes espiritualistas y, desde la perspectiva científicas, los creyentes como David Bohm[1] en un Universo holográmico, hacen posible, sin embargo, que al ser cada ser humano un centro de conciencia del Universo y estar conectado con la totalidad, puede obtener información que no necesariamente ha sido adquirida a través de los sentidos. Esta perspectiva es compatible con la teoría de la resonancia mórfica del biólogo de Cambridge Rupert Sheldrake[2]. En el campo religioso, por otra parte, es común la creencia de que es posible recibir información de Dios y otros entes espirituales.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, podemos definir la intuición como la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”. Esta descripción abarca tanto la idea de los que creen que a través de la intuición tenemos acceso a la información del Universo, como aquellos que postulan que todo lo que existe en la mente ha llegado a ella primariamente a través de los sentidos.

Para la psicóloga Valeria Sabater, la intuición y él instinto no son lo mismo. “Mientras el segundo da forma a una conducta orientada a permitirnos sobrevivir, la primera traza un sentido más profundo en nuestra especie dotándonos de una voz interna que nos ayuda a tomar mejores decisiones. Así, aunque ambas dimensiones no tengan un origen común, nos ayudan a responder mucho mejor ante los desafíos cotidianos.” [3]

 La intuición es como mirar lo que hay en la noche oscura, en el fulgor deslumbrante de un relámpago, donde todo se hace visible de forma simultánea. Ella nos habla desde el silencio pues trasciende las palabras. Si no sabemos acallar nuestra mente consciente, parlanchina, se nos dificultará percibir su voz.[4]

Con el conocimiento SABES, con la intuición SIENTES.

No hay evidencia contundente que indique que el género femenino esté mejor dotado que el masculino para usar la intuición, es probable que por razones más culturales que genéticas, a estas se les haya facilitado más su uso que a los hombres, cuya educación ha enfatizado el desarrollo de la racionalidad más que el de la sensibilidad.

Los medios para estimular hacerse consciente a través de la intuición de la información que viene de afuera de la propia mente generalmente se asocian con los siguientes elementos:

  • FE en que esto es posible.
  • Mantener vigente el interrogante, o la tensión de la pregunta, hasta obtener respuesta a la misma.
  • Confianza en que las respuestas a las preguntas que se le hagan al Universo o a las deidades espirituales, según las creencias de cada quien, tarde o temprano llegaran.
  • Estar abierto a recibir la información en forma intuitiva o a través de otros medios.
  • Una vez se obtenga, agradecer a quien se crea la ha dado.

Lo anterior aunque muy real para los que perciben al ser humano como un centro de conciencia del Universo o para los que tienen profundas convicciones religiosas, no nos proporciona un marco conceptual que pueda ser compartido por todas las personas independientemente de sus creencias; es conveniente, por lo tanto, buscar una aproximación cuya validez sea aceptada sin discusiones, y esto no los proporciona las  ciencias cognitivas. En consecuencia, sin desvalorizar las perspectivas espirituales y las propiciadas por la ciencia alternativa, veamos lo que nos dice la ciencia formal sobre la intuición.

Lo que sabemos hoy del funcionamiento de los hemisferios cerebrales, parece indicar que lo consciente tiene más que ver con el hemisferio izquierdo, analítico y verbal, que con el derecho, globalizador y mudo. En el derecho se produce, entre otras, la síntesis de la información que procesamos conscientemente con el izquierdo, pero a ésta sólo tenemos acceso mediante la percepción directa, no verbal, de la misma; en otras palabras, a través de la intuición.

Análisis  en el hemisferio izquierdo y síntesis  en el hemisferio derecho, se complementan funcionando en círculo, el uno alimentando al otro. Entre mejores análisis, mejores síntesis y viceversa. Por ello, para poner a funcionar en forma adecuada la intuición es recomendable agotar la vía analítica y desprender la mente consciente del tema que nos preocupa, poniéndole atención a la información que emerja de nuestro hemisferio derecho, percatándote de ella cuando surja. Posteriormente, hemos de validar racionalmente nuestras intuiciones y de ser necesario, reiniciar el proceso.

La intuición en ninguna de las dos hipótesis, la espiritualista y la materialista, es infalible. En el espiritualismo porque la respuesta suministrada representa lo mejor para el que la solicita según el nivel de evolución de tu ALMA. En el materialismo, porque el hemisferio derecho sólo integra la información que le entrega el  hemisferio izquierdo, sin tener en cuenta si es o no verdadera.

Esta forma de operar la intuición puede ser aceptada tanto desde la perspectiva espiritualista como materialista, subsistiendo sin embargo las diferencias relacionadas con el origen de la información que recibe y procesa el hemisferio derecho.

Para Kenichi Omhae, consultor en temas de gerencia, las estrategias de negocios que llegan a tener éxito no provienen de un análisis riguroso, sino más bien de un particular estado mental, más creativo e intuitivo que racional. Gödel, célebre matemático, sostenía que la intuición sería un instrumento que un día sería tan valorado como la lógica misma. Igualmente Gary Kasparov, el ex campeón mundial ruso de ajedrez, sostuvo durante una visita a Bogotá, que la intuición era la cualidad definitiva de un gran ajedrecista. En el campo de la Gerencia, por ser la administración más un arte que una ciencia, los grandes ejecutivos son tan intuitivos como racionales, posiblemente más lo primero que lo segundo.

En la práctica, todo lo anterior implica en todos los escenarios, espiritualistas o materialistas, más silencio interior; menos racionalidad, más instinto; más abandono, mayor fe en las fuerzas inconscientes que hacen parte de nuestro ser. Darle tanto valor al pensar como al sentir, a fin de cuentas, ambos están interrelacionados.

Independientemente de en qué orilla filosófica nos ubiquemos, espiritualista o materialista, confiemos en nuestra intuición; entre más la usemos, más se fortalecerá, convirtiéndose en un formidable instrumento para entendernos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.

[1] Mayor información EL ORDEN IMPLICADO DE DAVID BOHM solicitándola al E. Mail alberrtomerlano2009@gmail.com

[2] Si desea conocer más de la teoría de la Resonancia Mórfica de Rupert Sheldrake puede obtenerla solicitando al E. Mail de la nota de pie de página No. 2, el artículo LA LONGITUD DE ONDA DE LA VIDA.

[3] https://lamenteesmaravillosa.com/intuicion-e-instinto-capacidades/

[4] Puede encontrar información sobre cómo hacer esto en un artículo de mi autoría, de título   CENTRARSE. Si no lo tiene, puedes solicitarlo escribiendo al E. Mail señalado en la nota No. 2 de este artículo.

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